lunes, 26 de noviembre de 2012

Debes Saber

Repaso histórico: cuando el territorio nacional era el doble de grande

El país sin su mitad

En los últimos dos siglos, Colombia ha perdido cerca de un millón de kilómetros cuadrados de extensión con diferentes vecinos. Desde la cesión de Amazonia a Perú y la pérdida de Panamá, hasta el diferendo limítrofe con Nicaragua.





Desde 1810, Colombia ha cedido el 54% de su territorio a peruanos, brasileños, ecuatorianos, venezolanos y nicaragüenses. Nuestros dirigentes políticos no han tenido sentido de la soberanía nacional. En Panamá regalaron primero un corredor a los Estados Unidos, segregando prácticamente el istmo y, en noviembre 3 de 1903, no tuvieron valor para ir a combatir a los usurpadores de una de las provincias de Colombia.
Ante las reiteradas ocupaciones y reclamaciones del territorio colombiano por parte de otros países, los cancilleres han elevado protestas, los presidentes han optado por ceder territorios y el Congreso de la República ha terminado aprobando sin ningún pudor la mutilación de Colombia. La Mosquitia, es decir toda la franja nicaragüense que bordea el mar Caribe, así como los archipiélagos e islas, incluidos por supuesto San Andrés y Providencia y los demás cayos e islotes, fueron territorios colombianos desde el 3 de noviembre de 1803, cuando el rey de España, por Real Orden resolvió “que la Isla de San Andrés y la parte de la costa de Mosquitos desde el cabo de Gracias a Dios inclusive” fueran segregadas de Guatemala y dependieran en adelante del “virreinato de Santa Fe”. Todos estos territorios e islas fueron parte del territorio colombiano hasta que fueron cedidos a Nicaragua por Colombia en 1928, mediante el tratado Esguerra-Bárcenas.
Una vez más otro pedazo del territorio colombiano a uno de nuestros vecinos, debería haber conducido a la renuncia inmediata de todos los asesores ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Una afrenta tan grave para la sociedad colombiana exige la dimisión de la señora ministra de Relaciones Exteriores y hasta el presidente de la República debería pensar en abandonar su despacho. Mientras escuchaba indignado este nuevo fracaso diplomático de Colombia pasé por la Universidad Nacional, que vivía una paz absoluta, y me pregunté por qué estos jóvenes que heredaron el sentido de la dignidad nacional no tenían los puños en alto. esos son, los que ceden la Nación!”.

CORTESÍA DE: EL ESPECTADOR
POR: LAURA VANESSA GUZMÁN MONTILLA
FECHA: 24 DE NOVIEMBRE DE 2012: 
LINK: http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/articulo-388951-el-pais-sin-su-mitad


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